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Documenta 12, 2007
Informaciones y recorrido fotográfico de Universes in Universe
Introducción


Cuando en diciembre de 2003 la comisión de selección nombró a Roger M. Buergel (*1962 Berlin, radicado en Viena) director artístico de la Documenta 12, era apenas conocido incluso en Alemania. Muchos comentaristas trataron de explicar esta decisión, alegando que luego del marcado enfoque racional de las dos ediciones anteriores, se debía volver a destacar lo sensorial en el arte. De las declaraciones a menudo nebulosas de Buergel, que dirige la Documenta 12 junto con su esposa Ruth Noack, podía deducirse por lo menos que ambos pensaban ocuparse precisamente de esto.

La imposibilidad de seguir concretamente la fase de preparación de la Documenta 12 ya se hizo evidente en las tres preguntas clave que los curadores formularon como orientación: ¿Es la modernidad nuestra antigüedad? ¿Qué es la vida al desnudo? ¿Qué hacer? (Esta última en relación a la educación). Los organizadores apenas dejaron vislumbrar algunos nombres con antelación, cuya obra podría inducir alguna de estas ideas. La lista de artistas fue revelada recién en la conferencia de prensa poco antes de la inauguración.

Llama la atención que la fuerte presencia de artistas de África, Asia, América Latina y Europa del Este se vuelva a destacar tan ampliamente en los medios periodísticos. Uno pensaba en realidad, que después de la Documenta 11 de Okwui Enwezor, su inclusión en este evento sería algo natural y obvio. En la exposición misma, el origen de los artistas sólo se puede intuir, ya que en los carteles que acompañan a las obras falta todo dato sobre la persona. Estas informaciones tampoco aparecen en el material de prensa, mientras que las biografías de los curadores no son precisamente un alarde de modestia.

No es el objetivo aquí hacer una reseña crítica de la Documenta 12. El que conoce nuestros recorridos fotográficos por bienales y otras muestras internacionales sabrá, que el motivo principal de nuestro esfuerzo es ofrecer a aquellos que no pueden visitar estas exposiciones una impresión visual de las obras de los participantes de África, Asia y América Latina - que es el enfoque especial de nuestro proyecto. El que así lo desea, puede formarse una opinión propia, por lo menos sobre estos artistas. En las páginas de nuestro recorrido por la Documenta 12 hemos incluído además algunos comentarios sobre la exposición en sí.

Como breve conclusión podemos decir que es indudable que se encuentran en esta Documenta con sus más de 500 obras de 113 artistas numerosos trabajos y constelaciones artísticas interesantes. El hecho de que haya escasas estrellas de la escena artística internacional no debe considerarse una carencia. Pero interpretar a partir de esto una estrategia para rehuir al mercado, sería hilar muy fino. En última instancia, también hay detrás de otros participantes - algunos incluso presentados con un exagerado número de obras - galerías y coleccionistas, cuyos intereses son satisfechos sin lugar a dudas.

A pesar de algún que otro acierto, esta Documenta deja una impresión más bien insatisfactoria por la ausencia de pruebas palpables en su realización de las diversas enunciaciones teóricas previas, y en parte debido a graves fallas curatoriales. Éstas últimas son especialmente evidentes en el por demás lamentable Aue-Pavillon (vea nuestro recorrido).

Es evidente, que esta 12a edición no alcanza a ser de ninguna manera un "sismógrafo de validez mundial" con respecto al arte contemporáneo como se autodeclara nuevamente en los comunicados oficiales. La Documenta ha arribado a la normalidad, lo que significa que se ha vuelto una exposición periódica entre muchas y que ha perdido su anterior status de "exposición mundial" o de cenit del arte internacional. Pero probablemente sea ya de por sí imposible pretender ese nivel en un mundo policéntrico como el actual.

Gerhard Haupt y Pat Binder

 

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