Unos 20 años después de que Colón haya
pisado tierra cubana por primera vez (el 27 de octubre de 1492) comenzó
la colonización española de la isla, siendo Baracoa y
Santiago en el Este sus asentamientos más importantes en un principio.
Luego de varios intento vanos en otras regiones (incluso en la costa
sur), fue fundada La Habana en 1519 en su lugar actual. Como fecha oficial
figura el 25 de julio de 1519, día de San Cristóbal.
La villa, estratégicamente ubicada y con la gran bahía
como puerto natural, se desarrolló rápidamente. Para contrarrestar
el asedio de piratas debieron ser construidas fortificaciones de defensa.
En 1553 fue trasladada la sede del gobernador de Santiago a La Habana.
En 1561 el rey designó a la ciudad como punto de reunión
de las naves españolas, que debían llevar a la Madre Patria
los bienes robados de distintas partes de América.
Hasta el siglo XIX la vida se concentró en lo que hoy se conoce
como el casco histórico. El desarrollo económico a partir
de entonces trajo consigo una floreciente actividad edilicia. En 1863
se derribaron las viejas murallas de la ciudad, para permitir que se
ampliara hacia el oeste, en donde se erigieron los nuevos y lujosos
palacios y calles. El centro histórico se mantuvo en gran medida,
pero comenzó a decaer cada vez más desde los años
1960 en la economía de la escasez del socialismo.
En 1982 la UNESCO incluyó a la Habana Vieja y las fortificaciones
de la época colonial en su lista de Patrimonio Cultural de la
Humanidad. Desde entonces la costosa y compleja reconstrucción
y restauración ha hecho progresos evidentes, sin embargo, el
estado de la mayor parte de las construcciones del barrio histórico
sigue siendo dramático. |