índice no. 22
José Roca
Reflexiones críticas desde Colombia

15 de marzo de 2000
El Estado de las Cosas  

A finales de la década de los ochenta y principios de esta en Colombia, la pintura y en particular la abstracción pasaron por un momento de revitalizado interés. Sin funcionar formalmente como un colectivo artístico, los trabajos de Carlos Salas, Danilo Dueñas, Fernando Uhía, Luis Fernando Roldán, Jaime Franco y Jaime Iregui, entre otros, cuestionaron cada uno desde su propia perspectiva la tradición pictórica abstracta que se había consolidado en Colombia a través de la obra de artistas como Ramírez Villamizar, Manuel Hernández, Carlos Rojas y Fanny Sanín.

Jaime Iregui participó activamente en estas discusiones, a través de su propia pintura y desde espacios »alternativos« como Magma y posteriormente Gaula. Desde hace un par de años, Iregui se encarga de animar el Espacio Vacío, espacio para el arte con una interesante actividad expositiva. Dentro de una serie dedicada a la abstracción que lleva por título Constructividad, se presenta actualmente la exposición El estado de las cosas (título que sería tremendamente pretencioso de no ser porque está provisto de una inmensa carga de ironía), en la que Iregui abre el espacio para la siguiente generación de artistas cuyo trabajo se ha encaminado hacia la reflexión sobre los límites y posibilidades de la abstracción.

La muestra incluye cuatro artistas consagrados (Juan Andres Posada, Fernando Uhía, Rafael Ortiz y María Elvira Escallón) y seis artistas más jóvenes, (Camilo Turbay, Alejandro Mancera, Mariana Dicker, Carolina Convers, Felipe Barragán y Jurek Kuklinski), como una manera de sugerir una continuidad en el proceso. Las formas de enfrentar el problema son diversas: desde la elucubración formal hasta la conceptual, pasando por matices intermedios como el diseño o el dibujo arquitectónico, y el medio privilegiado, la pintura.

Posada presenta obras monocromas que sugieren una aproximación a lo que el grupo francés BMPT llamó en los setentas »el grado cero de la pintura«; en el caso de Posada, ésta llega desde el territorio de lo conceptual. De Escallón se presenta una de sus bellas pinturas de finales de los noventa en las que una estructura geométrica se deconstruye literalmente en capas que revelan una abstracción más expresiva y una sensual calidad pictórica.

Mancera presenta una única obra,»Burladero«, la cual está colocada a cierta distancia del muro, enfatizando así la metáfora arquitectónica que sugiere el título. Esta pintura, que recuerda la heráldica y los colores de la tauromaquia, es un comentario sarcástico sobre la abstracción como refugio último frente a los guiños de la figuración en el medio artístico (en ambos sentidos del término). Es posible encontrar un vínculo sutil entre algunas de las obras; en la pintura de Mancera resuena la estrategia posmoderna de la cita y el humor, utilizada por Uhía en su referencia a la »estética« de Mondrian. »Pintura«, 1993, una composición neoplástica en los colores primarios negro, rojo y azul, está puesta en cuestión por el formato asimétrico del bastidor y por el marco, una moldura convencional pintada de color amarillo vivo. Esta referencia al neoplasticismo se complementa en la obra de Camilo Turbay, quien repite en grabado uno de los íconos de la abstracción temprana, tomado del movimiento De Stijl. Estos grabados están colocados directamente sobre el muro, ocupándolo en su totalidad y siguiendo un patrón preciso, subrayando el carácter obsesivo de muchas de las búsquedas geométricas.

Esta muestra, que coincide temáticamente con la exposición de Fanny Sanín - uno de los artistas de la generación que consolidó el lenguaje y la actitud abstractos en Colombia - en la Luis Angel Arango, es una invitación a visitar un territorio conformado, en palabras de Iregui, por islas dispersas y si embargo comunicadas, »donde se habla un extraño lenguaje que tiene su origen en territorios diversos (lo conceptual, el diseño, la representación), y en el que se recurre en mayor o menor grado a elementos abstractos (retículas, formas geométricas, aspectos históricos, disposición en el espacio arquitectónico, etc.) como estrategia para construir modelos de realidad que, en el caso de esta muestra, se plantean como preguntas en torno al estado de la abstracción«.

José Roca

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