índice no. 23
José Roca
Reflexiones críticas desde Colombia

12 de abril de 2000

En días pasados se inauguró, en el marco del Salón del Mueble en Milán, Italia, la exposición Stanze e Segreti (estancias y secretos), curada por Achille Bonito Oliva en torno a los espacios cotidianos. Esta exposición incluye creadores de diversas disciplinas visuales como Marisa Merz, Yoko Ono, Peter Greeneway, Robert Wilson, Emir Kusturica y Wim Wenders, entre otros. La artista colombiana María Teresa Hincapié fue invitada a participar con una acción plástica a partir de su relación con los objetos domésticos, directamente relacionada con su conocida obra »Una cosa es una cosa«. El texto que sigue forma parte del catálogo de la muestra.

J. Roca

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Los espacios y las cosas
El mundo interior de María Teresa Hincapié


Compartimos nuestros espacios cotidianos con cosas. Objetos y acumulaciones de objetos que tendemos a categorizar según su cercanía con nosotros: aquí el recuerdo familiar; allá la ropa que nos ponemos; mas allá, los objetos utilitarios como cepillos, cremas y vestidos; lejos, aquellos objetos que guardan más relación con el espacio en el que habitamos que con nosotros mismos: escobas, cuadros, alfombras. Pero todos ellos establecen una silenciosa red de relaciones que hacen posible nuestra existencia, pues nuestros gestos cotidianos, voluntarios o inconscientes, están habituados a su presencia. Baste recordar la extrañeza que se siente al pasarse a vivir a un sitio nuevo, en donde las mínimas cosas que habitualmente damos por descontadas - un salero, una toalla de manos, el descorchador - toman otra dimensión por su simple ausencia.
Vitrina  + ampliar  + ampliar

La voluntad de poner en evidencia las relaciones que se establecen entre nuestras acciones, los espacios y las cosas, ha sido una constante en la obra de María Teresa Hincapié. Inicialmente preocupada con las pequeñas obsesiones cotidianas, su trabajo plástico ha ido derivando hacia una preocupación mas manifiesta con lo público, a través de performances en las que involucra la dimensión de lo colectivo. Es el caso de »Parquedades«, 1987 (escenas de parque para una actriz, video y música, realizada con el artista José Alejandro Restrepo), y »Vitrina«, 1989, performance en la cual Hincapié realizaba las acciones tradicionalmente asociadas a la condición femenina (como limpiar, barrer, maquillarse, peinarse, etc.), en el interior del escaparate de un espacio comercial. La vitrina daba contra un andén muy transitado, con lo cual el gesto personal se catapultaba, de manera directa y cruda, hacia la esfera de lo urbano. Su tiempo de ejecución, ocho horas diarias - la misma jornada laboral de un empleado típico - recalcaba que los roles femeninos en una sociedad como la nuestra siguen estando ligado a los oficios del hogar.
En »Divina proporción«, la artista permaneció durante un periodo de varios días en un espacio industrial - cuyo piso estaba compuesto por losas de concreto - en cuyas juntas plantó hierba que poco a poco fue creciendo, evidenciando la estructura racional del mismo. Durante los momentos en que no estaba cuidando de este particular jardín personal, la artista atravesaba el espacio de lado a lado en movimientos lentos y controlados, tardando horas en circularlo, como si una cámara ralentizara la acción. Esta insistencia en la lentitud como signo de resistencia frente a la velocidad que supone lo urbano ha sido una constante en su obra, y la preocupación por lo colectivo la ha llevado a centrar su trabajo reciente en una crítica a los efectos que una urbanización acelerada y acrítica esta teniendo en la sistemática degradación del medio ambiente.  + ampliar

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María Teresa Hincapié vino del teatro, del cual se alejó - tras un largo e intenso ejercicio - al comprobar que en cierto modo le establecía límites que coartaban una necesidad expresiva que rebasaba la noción convencional de »espectáculo«. Es por eso que la dimensión temporal es crucial en toda su obra: las ocho horas del horario laboral, los cuarenta días del ayuno bíblico, las doce horas del día o de la noche, la peregrinación de 21 días al sitio arqueológico precolombino de San Agustín. Con ello intenta decir que el arte requiere de un real involucramiento, más allá de lo que un público pueda llegar eventualmente a ver o experimentar. Es un hecho no muy conocido que María Teresa se levanta todos los días a la madrugada y sube a pié a la cima del cerro de Monserrate, desde donde se divisa Bogotá, como una acto íntimo de preparación para una existencia llena de compromiso con la vida: una obra de 24 horas al día, sin más testigo que ella misma.
Depositada en la tierra ...  + ampliar  + ampliar

Hincapié descree del arte como un espectáculo que se escenifica para un público en un espacio y en un horario preciso; la interminable duración de sus acciones pone en evidencia que su destinatario final es en realidad ella misma, como una forma de dar salida a una necesidad urgente, que puede no obstante ser compartida - de manera fragmentaria - por aquel espectador que esté dispuesto a abrirse a esta experiencia y que no obstante tiene la certeza y la desazón de no poder abarcarla en su totalidad. En un medio artístico en el que se privilegia el efecto, así como la acción consumible y espectacular, Hincapié responde con la contundencia del silencio, y con la fuerza persuasiva de la lentitud.

 + ampliar »Una cosa es una cosa«, obra paradigmática de esa relación arte y vida que caracteriza todo el trabajo de María Teresa Hincapié, consiste en la disposición silenciosa, metódica y obsesiva de objetos cotidianos en una área considerable y durante un periodo aparentemente interminable de tiempo.

Hincapié ha traído todas sus pertenencias al espacio de exposición, y procede a ordenarlas siguiendo patrones diversos e impredecibles. Cada objeto, por humilde que sea, es tratado con la misma concentrada e individual energía, con lo cual es dotado de un aura, de un carácter casi precioso. Las relaciones entre los objetos comienzan a aflorar de manera espontánea, en una cadena de asociaciones que se basa más en la experiencia real de las cosas que en sus caracteres formales o funcionales, que son la forma como habitualmente tendemos a categorizarlos. La espiral de cosas que lentamente se va construyendo durante el tiempo inabarcable de la acción trae a la memoria el carácter cíclico e involutivo del tiempo; la repetición de las acciones y los gestos, siempre diferentes pero extrañamente familiares, evidencia el repertorio compartido de que nos define como género, mas allá de nuestras diferencias y particularidades.

 + ampliar En una ocasión, María Teresa misma puso este proceso en palabras, y esta narración, de ritmo entrecortado, cíclico y repetitivo, logra crear una imagen mental de »Una cosa es una cosa«:

»...traslación aquí.   enseguida.   en la esquina.   en el centro.   a un lado.   cerquita a el.   a ella.   muy lejos.   más lejos.   muchísimo más lejos.   lejísimos.   aquí las bolsas.   aquí el bolso.   aquí la tula.   aquí la caja.   allá las bolsas.   aquí la tula y encima el bolso.   a un lado la caja.   en la esquina el bolso y la tula.   en el centro las bolsas de papel y cerquita la caja.   vaciamiento.   dispersión.   todo se vacía.   todo sale.   todo se dispersa.   se riega.   se mezcla.   se detienen.   se cuadran uno tras otro indiferentemente.   enmarcan un espacio que se envuelve.   se separan por grupos uno al lado del otro.   grupos comunes.   donde se parecen.   porque son blancos.   porque son de tela.   porque son vestidos.   porque son de plástico.   porque son largos.   porque son cubiertos.   porque es loza.   porque son frascos.   porque se necesitan el uno al otro como la crema y el cepillo.   pero también la crema sola y el cepillo con otros cepillos o solo también.   todas las flores aquí.   los vestidos extendidos.   los negros cerca a mi los rosados aquí.   los pañuelos solos.   la colcha sola. los cubiertos solos.   las bolsas solas.   los lápices solos.   los vestidos solos.   los colores solos.   la escoba sola.   las cebollas solas.   las zanahorias solas.   el maíz solo.   el azúcar solo.   la harina sola.   el plástico solo.   la bolsa sola.   la tula sola.   la caja sola y vacía.   el espejo solo.   los zapatos solos.   las medias solas.   las yerbas solas.   yo sola.   el solo.   nosotros solos.   un espacio solo.   un rincón solo.   una línea sola.   una sola media.   un solo zapato.   todas las cosas están solas.   todos estamos solos.   un montón de arroz.   un montón de azúcar.   un montón de sal.   un montón de harina.   un montón de café.   un montón de cosas...«

José Roca
Bogotá, Febrero de 2000

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