Universes in Universe / Columna
de Arena / número 28
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José Roca:
María Elvira Escallón: El
Reino de este mundo
Actualmente y hasta el 30 de julio se presenta en el Museo de Arte Moderno
de Bogotá la exposición "El Reino de este mundo"
de la artista María Elvira Escallón. Como en obras anteriores
- que involucraban en su realización pintores publicitarios o sistemas
de reproducción infográfica - esta exposición es
el resultado de la interacción de la artista con otras personas
ajenas al arte, con el fin de permitir que el azar y las contingencias
del proceso tengan cabida en el ámbito usualmente individual y
controlado del ejercicio artístico.
A pesar de que la obra de Escallón no se caracteriza por una imagen reconocible - cada obra se rige más bien por su propia lógica y en consecuencia presenta una apariencia formal diferente - hay un hilo conductor que se mantiene constante: en una suerte de trabajo arqueológico, Escallón orquesta complejos ejercicios de sedimentación para luego develar las distintas capas o etapas del proceso, con lo cual logra evidenciar el eterno estado inacabado de las cosas. "Destruir para construir", o más bien reconocer que hasta aquello que en apariencia es inamovible, pasa en realidad por un estado transitorio.
"El reino de este mundo" consiste en un muro construido con bloques de cemento fabricados por la artista - que involucran materiales de demolición - el cual se corresponde con su "sombra" en el piso, realizada con escombros tal como fueron recogidos en el sitio: imagen especular entre "lo real" y "lo creado", el dominio del arte y el de la vida cotidiana. La artista comentaba que le fue muy difícil encontrar una demolición donde conseguir los materiales para su obra: en donde no se construye, no se destruye. Pero además, en un país de carencias como el nuestro, hasta el ladrillo más humilde es recuperado y tiene una segunda vida. La artista buscaba una señal "que me confirmara que andaba por buen camino", y la encontró en la persona de Fanny, una mujer cuya vivienda había estado en donde ahora sólo había escombros, y que había obtenido el permiso del dueño de la demolición para llevarse los materiales con los cuales construyó de nuevo su casa.
Este trabajo de Escallón tiene un componente sociológico evidente, que se expresa en la inclusión de la presencia de esta mujer, en modo alguno anecdótica sino componente esencial de una obra que de otra manera sería excesivamente formalista. Relación especular también de dos mujeres de diferente provenencia y ocupación, que construyen su espacio vital a partir de los mismos escombros. "Cuando a usted le encargan algo, ¿que es lo que le piden?" le preguntaba el obrero que le ayudó a realizar la obra. En el pragmatismo de la vida diaria, la utilidad del arte (o su intrínseca inutilidad) parecen no tener cabida.
El vértice en que convergen lo real y lo construido ya había sido trabajado por Escallón en obras anteriores. En "In vitro", instalación con la cual ganó el premio del Salón Regional en 1997, Escallón colocó un vidrio que impedía la continuidad del recorrido en uno de los corredores de la Estación de la Sabana, lugar deteriorado por el tiempo y por el abandono. El vidrio, que cerraba por completo el área que le correspondió a Escallón, establecía el límite entre el edificio dejado "tal cual", con su pátina de polvo acumulado con los años, y el espacio recién pintado y adecuado para recibir las obras de la exposición.
"In Vitro" resaltaba por contraste el deterioro que la desidia y el olvido habían significado para el sitio, pero al hacerlo también evidenciaba la artificialidad de la adecuación cosmética del espacio, para un evento y una circunstancia precisos: la obra, contrario a muchas de sus interpretaciones, no se encontraba en ninguno de los dos lados del cristal, sino justamente en él mismo, vértice de convergencia de una obra que se planteaba como una crítica a la artificialidad del objeto artístico a la vez que resaltaba la capacidad del arte de hacer visible la realidad.
Esta estrategia, tan nítidamente lograda en "In Vitro", pierde algo de fuerza en "El reino de este mundo": una obra que se nutre tan claramente de la inclusión de lo real en el espacio ficcional del Museo ha debido escapar del único espacio neutro del MAM, la Sala de Proyectos. La obra de Escallón no necesita de la neutralidad del cubo blanco: su acción crítica es más efectiva en ámbitos cargados y ha podido inscribirse con mayor contundencia en uno de los espacios de la arquitectura de Salmona, con sus materiales en bruto y sus complejas relaciones espaciales.
Este artículo fue publicado en el periódico El Espectador,
Julio 23, 2000.
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Texto y Columna de Arena: José
Roca
Presentación en Internet: Universes
in Universe - Mundos del Arte, Gerhard Haupt & Pat Binder