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Contribuciones al foro »Curaduría vs. demagogia participativa« - Columna no. 29

Fernando Gómez

(17 de agosto de 2000; periodista cultural)

Iba a escribir mi columna en Semana sobre la falta de público en los museos y galerías, en lo gratificante que es ver cientos de personas todos los días viendo las fotos de la carrera 15 y en lo triste que es ir a la Luis Ángel Arango, para ver de nuevo a Garaicoa, y no ver a nadie. En fin. Este es un borrador - inconcluso - pero creo que queda bien en sus discusiones.

¿Hace cuánto que el arte dejó de ser arte para convertirse en un club privado? En las galerías y los museos asustan. No hay nadie. Los únicos que comentan la evolución o la involución de tal o cual artista son los mismos artistas. El resto es mentira. Una casualidad: el lunes de la semana pasada la galería Diners estaba abarrotada. Había unos 25 o 35 jóvenes recorriendo la exposición de Guillermo Londoño, señalaban sus pinturas, hablaban del color, sin discutir si era bueno o malo, se paseaban por sus esculturas, pedían afiches y catálogos de los otros artistas en exposición, Armin Tröger y Álvaro Diego Gómez, y seguían charlando animadamente; ¿un milagro?

Los 25 o los 35 jóvenes eran estudiantes de enfermería (!), ninguno había ido por cuenta propia sino por obligación, uno de sus profesores les había pedido que fueran y ahí estaban, el profesor, un hombre menudo, de unos 30 años, con canas prematuras y voz extremadamente suave, era el milagro: »hace poco me pidieron que los llevara a la exposición de Picasso«. Los había entusiasmado. Los había hecho entrar al club sin pase de invitación. Había logrado una meta que debería estar en la mente de los artistas colombianos pero que, en pocas palabras, no les interesa.

Jaime Iregui, director de la galería Espacio Vacío, tuvo una idea brillante. A través del e-mail espaciovacioforum@egroups.com convocó a un gran número de artistas y personas relacionadas con el medio para discutir sus problemas. Se discute y se discute bien, pero lo más asombroso es que, por lo general, todas las discusiones llegan a un punto extremo: no hay crítica de arte. A ninguno le importa si la gente va o no va a sus exposiciones, lo que les importa, lo que realmente les molesta es que no hablen de ellos.
Y...

Bueno, aquí me detuve porque me dijeron que dejara esa columna, que mejor lo convirtiera en tema con estadísticas, recuadros y declaraciones de los protagonistas. Pero ya que han discutido tanto de medios de comunicación me parece interesante que opinen del trabajo que esos medios hacen para que alguien vaya a ver su trabajo y de lo que hacen ustedes (ya que los medios son tan ineptos) para que la gente se acerque a lo que hacen. Ir a una exposición de arte es como ir al cine, y como en el cine hay exposiciones de la talla de Stallone y exposiciones de la talla de Bergman. Pero supongo que a ninguno les interesa que haya gente haciendo fila para ver sus exposiciones. Todos se sienten más cómodos diciéndose maestros los unos a los otros.

Los medios podrán ser muy malos, pero al menos la gente los lee, y no falta el parroquiano que se interesa gracias a un texto mal escrito, por esas obras tan magnánimas que están en vuestro inmaculado club.

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©  Texto: Fernando Gómez; Columna de Arena: José Roca

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