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Contribuciones al foro »Curaduría vs. demagogia participativa« - Columna no. 29

Retransmito las comunicaciones de Carlos Palacios, curador venezolano residente en España, y Clark Leonardo Cubillos, artista.
J. Roca.

(29 de noviembre de 2000)


Carlos E. Palacios

(Critico de arte, Barcelona, España)

Me parece oportuno acotar al comentario bastante esclarecedor que J. Roca hace al respecto del emitido por F. Uhía, que aún cuando los curadores están sometidos a presiones políticas en la mayoría de los casos ajenas a su trabajo, la defensa que promueven al frente de algunos proyectos se escuda en enrarecidas balanzas, cuyo peso no responde a soportes intelectuales; mas por el contrario, disfrazan la ligereza de sus manidos discursos críticos contra las instituciones y sus representantes, en injustas maquinaciones políticas. Esto para evidenciar que sus tribulaciones son deliberadamente poco diáfanas -por cuanto solo se escuchan los »argumentos« de los curadores- y no se conocen las opiniones de los responsables de las instituciones que los contratan, esto, cuando el terreno de la discusión no es lamentablemente el de la confrontación intelectual sino un estéril tomaydaca de rumores, como son la mayoría de estos casos. No estoy muy enterado del tema colombiano, pero no puedo dejar de sospechar de algunos »famosos« curadores que atacan públicamente y con argumentos que se limitan a rumores internos e intrigas »palaciegas« de mediocres alcances discursivos. Con esto intento explicar una anécdota que traduce la mediocre medianía en la cual ha caído el medio artístico internacional: el otro día en una conferencia a la cual asistí en Barcelona, un renombrado curador español dijo que un director de un museo era -entre otros calificativos de peor calado-, »fascista«, y se explayó por mas de quince minutos durante la sesión de preguntas del público, con ataques que tenían como base correos electrónicos y llamadas telefónicas internas entre el equipo curatorial y el director de dicha institución. Estoy de acuerdo que los curadores independientes llevan las de perder en materia política por cuanto no tienen mayor respaldo cuando las situaciones se complican, pero no puedo dejar de pensar que las estrategias de defensa son limitadas y lo peor es que traducen mucho mas que un ataque virulento: explican mecanismos de sobrevivencia que no se fundamentan en la calidad intelectual sino en los típicos movimientos de piezas de una corte palaciega, intrigante y mezquina. Si los directores de las instituciones obran de esta manera, creo que la mejor forma de desenmascararlos sería una valiente e inteligente reflexión critica de altura y no una sarta de chismes de mediocre factura intelectual.

Clark Leonardo Cubillos
(artista)

Realmente, ver cual es la opción mejor -si fuera el caso- es dificíl, pues entre realizar un salón nacional o plantear las curadurías, como artista no sabría decir que sería mejor. Teniendo en cuenta que en muchas oportunidades las convocatorias a estos salones son un simple formalismo legal que tienen que cumplir dichas entidades, pero lejos del propósito original que tiene una convocatoria »abierta al público«.

Con las curadurías, tendríamos que partir del punto que, si no se conocen públicamente las personas que realizan esta labor ¿entonces como se llegaría a una exposición?

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©  Textos: autores; Columna de Arena: José Roca

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