no. 53 |
José Roca |
28 de agosto de 2003 |
El 29 de Agosto se inaugura en la Galería
Santa Fe del Planetario Distrital en Bogotá la exposición
Nuevas Floras de la artista María Elvira Escallón,
en el marco del Premio Luis Caballero. El texto que sigue está
incluido en el catálogo que acompaña la muestra.
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En In Vitro, obra realizada en la antigua Estación de La Sabana [1], Escallón colocó un vidrio que impedía la continuidad del recorrido en uno de los corredores del edificio, lugar deteriorado por el tiempo y el abandono que había sido "recuperado" temporalmente para la realización del Salón. El vidrio, que cerraba por completo el área que le correspondió a Escallón, establecía el límite entre el edificio dejado tal cual, con su pátina de polvo acumulado con los años, y el espacio recién pintado y adecuado para recibir las obras de la exposición. En este caso, la operación de limpieza del contexto hacía evidente por contraste el estado de deterioro en que la desidia institucional había dejado este edificio patrimonial. En In Vitro lo construido por la artista era, paradójicamente, invisible; su sutil intervención hacía visible lo que siempre había estado allí. La obra no se encontraba en ninguno de los dos lados del cristal, sino justamente en él mismo; en el contexto de un evento de arte, el vidrio de In Vitro se constituía en vértice de convergencia de una crítica a la artificialidad del objeto artístico que a la vez ponía a en evidencia la capacidad del arte de hacer visible la realidad. |
En In Memoriam (una columna de hielo sumergida en una vitrina llena de agua), el límite que define la forma escultórica estaba en constante flujo; la columna recuperaba lenta pero inexorablemente su forma natural volviéndose una con el agua circundante, su propia materia [2]. Esta relación entre dos estados diferentes de un mismo material (en este caso cultural) estaba presente en El reino de este mundo, obra presentada en el Museo de arte Moderno de Bogotá en 2000 [3]. Un muro construido con bloques de cemento fabricados por la artista se correspondía con su "sombra" en el piso, realizada con escombros tal como fueron recogidos en una demolición. La obra ponía en tensión la labor de la artista y la de Fanny, una mujer que la artista conoció en el sitio donde consiguió los materiales para su obra, quien a partir de los escombros de su casa destruida, realizaba la construcción de su nuevo hogar: imagen especular entre "lo real" y "lo creado", el dominio del arte y el de la vida cotidiana. |
Nuevas Floras es un proyecto que se desarrolla en el tiempo y del cual lo presentado aquí es su etapa inicial, es decir, que el seguimiento de lo que suceda en el futuro le irá añadiendo nuevos niveles. La naturaleza siempre ha hecho parte de la práctica artística, bien como tema - el género del paisaje - o como material. Nuevas Floras se inscribe simultáneamente en varios de los géneros tradicionales del arte: es literalmente paisaje; es arte de la tierra, en el sentido en que es una intervención en el territorio, con sus mismos materiales; es también escultura en el sentido más convencional del término [4]. Pero al hacer coincidir estas tres instancias, la acción escultórica en la fuente viva del material y en el paisaje, Escallón logra una obra muy compleja en la cual señala la relación entre lo natural y una intervención artística que con su acción singular interrumpe de manera temporal el curso natural de los acontecimientos. |
El proceso de Nuevas Floras es conceptualmente claro pero su realización supuso un proceso complejo que involucró una investigación botánica previa, la consecución de expertos en talla de madera y la posterior documentación fotográfica del resultado. Escallón encargó a maestros talladores la ejecución de tallas (y la aplicación de partes - como prótesis) en troncos o ramas de árboles vivos, siguiendo formas que referencian los órdenes arquitectónicos clásicos como balaústres o columnas salomónicas, o inclusive partes de mobiliario en madera [5]. El resultado es visualmente sorprendente, pues del tronco o la rama de un árbol en su ambiente natural parece crecer un elemento de contornos geométricos en una situación de continuidad. Como es sabido, los órdenes arquitectónicos clásicos y muchos estilos posteriores (como el Art Nouveau) eran abstracciones o estilizaciones de las formas naturales, con lo cual la talla restituye al árbol la elaboración simbólica de sus rasgos por la cultura. Como escultura viva, Nuevas Floras podría encontrar precedentes en la jardinería francesa del s.19, en donde las especies botánicas adquirían formas precisas - a menudo geométricas [6], y en una línea más directa, en las diferentes técnicas japonesas en donde una planta es conducida o forzada a adoptar una forma determinada mediante podas, guías o formaletas aplicadas a la planta durante su proceso de crecimiento [7]. A un nivel más alegórico, Nuevas Floras hace referencia a la tendencia de adecuar(nos) a las circunstancias externas - las reglas que le imponen los procesos de socialización a nuestra propia naturaleza (tanto el cuerpo como la conducta) - y más específicamente a la voluntad de controlar los procesos naturales, lo cual ha llegado a un nivel exacerbado con la posibilidad real de "diseñar la naturaleza" a través de la ingeniería genética. La artista ha tenido cuidado de realizar la intervención en cada árbol de tal manera que no se ponga en peligro la supervivencia del mismo, aunque es consciente de que tanto de manera natural como en el cultivo profesional de muchas especies, descartar algunas ramas forma parte de su desarrollo [8]. Es imposible no proyectarse en el árbol y antropomorfizarlo, hacer una analogía entre el tronco y las ramas con el cuerpo humano, y sentir los cortes y tallas en función de categorías como el dolor, la mutilación y la cicatriz, pero en realidad en un árbol las ramas y hojas son partes que el árbol es capaz de regenerar y restituir. Ver en el árbol un ser vivo que incorpora en su "cuerpo" las marcas de lo cultural no deja de ser sobrecogedor [9]. Nuevas Floras logra precisamente generar esa sensación de empatía, que nos hace cuestionar la relación que establecemos con los demás. Es difícil prever lo que sucederá en el futuro con estas "esculturas vivientes": ¿se secarán las ramas o morirá el árbol como resultado de la talla? ¿Se reabsorberá la intervención, así sea parcialmente, como en ocasiones sucede con los cables que constriñen un árbol durante su crecimiento? ¿Permanecerán estas marcas en los árboles, deviniendo en un futuro no muy lejano signos inescrutables, (de manera análoga a lo que debió ser para Europa el encuentro con la flora inédita - y en consecuencia fantástica - del Nuevo Mundo)? Nuevas Floras es un proyecto que termina "en punta", y que se abre a múltiples interpretaciones. |
notas |
1. |
Premio del Salón Regional en 1997. |
2. |
Esta obra fue presentada en la Alianza Francesa, sede norte, en junio de 2001. Escallón participó como artista invitada. |
3. |
También se presentó en el edificio de la Facultad de Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en 2001. |
5. |
Como patas torneadas o talladas en diferentes estilos. |
6. |
La Topiaria se define como "el arte de podar árboles y setos en formas artificiales y decorativas". |
7. |
El Bonsái es la técnica japonesa de adiestrar un árbol a crecer en macetas muy pequeñas, forzándolo a devenir una versión enana de la especie normal. |
9. |
Recuerdo una frase que me impresionó en la novela Jitterbug Perfume de Tom Robbins, refiriéndose a la retirada total de la corteza aromática de un árbol para la elaboración de un perfume: "en algún lugar de África, hay un árbol desnudo".
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