Universes in Universe - Mundos del Arte

50ª Bienal de Venecia
15 junio - 2 noviembre 2003

Venecia / 2003

Reporte de Universes in Universe

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Frente al postulado de universalidad de Harald Szeemann, con su "Plataforma de la Humanidad" en la 49a Bienal de Venecia, nos pareció en verdad incomprensible, que enormes regiones como África y Sudamérica, en las que conocidamente hay artistas interesantes, estuvieran tan escasamente representadas en la bienal anterior (vea nuestro editorial del 2001).

Recorrido por la Bienal:

Sueños y conflictos

Sueños y conflictos
La dictadura del espectador

Pabellones - países e instituciones

Pabellones
Países e instituciones

Vea también:
Primer foto tour


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Respecto a esto, la situación de la 50a edición es completamente diferente, lo que prueba que la bienal se halla acorde con una tendencia generalizada. En los últimos años se incrementó notablemente la atención y valoración del arte proveniente de África, Asia, y América Latina o que tiene sus raíces culturales allí. Después de todo, la mitad de los 10 proyectos dentro del marco de la "Exposición de exposiciones" propuesta por Francesco Bonami tiene un enfoque correspondiente o reúne una mayoría de artistas de estas regiones del mundo. Incluso 5 de un total de 12 curadores son de esa proveniencia (Carlos Basualdo, Hou Hanru, Gabriel Orozco, Gilane Tawadros, Rirkrit Tiravanija).

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Pero hay en esta edición un problema fundamental, que afecta a todos los participantes, siendo ellos mismos parte del mismo: el exceso de arte. Tan sólo las 10 exposiciones centrales (8 en el Arsenale y 2 en los Giardini) aglomeran a más de 300 artistas y grupos. Y, si bien por encima de todo se despliega el (en extremo ambiguo) tema central "Sueños y conflictos - la dictadura del espectador", uno debe adaptar la percepción de cada muestra a un concepto curatorial totalmente diferente.

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Durante el recorrido de prensa en junio se añadió a la incomodidad de un calor como hacía 200 años que no se registraba en Venecia, las salas atiborradas de público especializado. Esto seguramente contribuyó al tono displicente que se evidencia en la mayoría de las reseñas del evento. No obstante, el recurrente cuestionamiento del sentido y finalidad de este tipo de eventos sobredimensionados es, más que nunca, pertinente. Si los mismos especialistas apenas logran en tres días procurarse un panorama general de lo que ofrece la Bienal, ¿qué es lo que se puede esperar del público "normal", que puede dedicar como máximo uno o dos días de tiempo a la bienal?

Y a todo esto no hemos mencionado la otra parte del programa general: las islas y atolones de ese gigantesco archipiélago artístico (parafraseando a Bonami), es decir, las innumerables exposiciones paralelas y especiales de países, instituciones, galerías, grupos e individuos...

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Resistiendo a todas las discusiones y cuestionamientos sobre lo obsoleto que son las presentaciones nacionales en muestras de arte internacional, a Venecia se suman cada vez más pabellones. No sólo procuran hacer acto de presencia algunos de los países nuevos o renacidos a partir de la implosión del socialismo en Europa del Este, sino que incluso regiones como Escocia y Gales tienen urgencia en demostrar su autoestima cultural. Países como Tailandia, Irán o Indonesia, participan por primera vez, o regresan luego de décadas de ausencia (vea nuestro reporte). China, que tuvo que suspender a último momento su participación, debido a la epidemia de SARS, aparece, sin embargo, en el catálogo.

Aquel que sobrevive a las exposiciones del Arsenale y de los Giardini, ha de ser incansable o estar realmente muy motivado, para ponerse en camino y localizar las numerosas exposiciones que se hallan repartidas por la ciudad. Indicativo de esto fue el comentario que corrió por la prensa sobre el pabellón de Luxemburgo, ganador del premio mayor, como el más criticado y menos visto de toda la Bienal.

 + zoom: Gerhard Haupt y Jimmie Durham

 + zoom: Pat Binder y Eugenia Vargas

Esperamos que nuestro reporte pueda dar una idea de la presencia de África, Asia y América Latina en la 50a Bienal a aquellos que no puedan viajar a Venecia. Demás está destacar, por lo mencionado arriba, que no tuvimos la ambición de publicar una documentación sistemática. Incluimos algo de lo que nos llamó la atención en nuestro recorrido, sin que nuestra selección sea necesariamente una valoración. Algunas de la obras no fue posible incluir por razones técnicas, otras se nos escaparon por falta de tiempo. Pero seguramente podrán incluso aquellos que recorrieron la bienal con detenimiento, descubrir en nuestras páginas algunas obras que no vieron.

Pat Binder y Gerhard Haupt

Editores
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Sueños y conflictos 

La dictadura del espectador

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